La novela se caracteriza por su estructura no lineal y su falta de un narrador tradicional. El texto está dividido en 155 capítulos numerados, que pueden leerse en cualquier orden. Esto permite al lector crear su propia experiencia de lectura y construir su propia interpretación de la historia.
La novela también experimenta con el lenguaje, utilizando técnicas como la fragmentación, la repetición y el juego de palabras. Esto crea un efecto caleidoscópico que refleja la fragmentación de la vida moderna.
